Debemos tener cierto cuidado con esta denominación que estuvo escuetamente en la Ley de Protección al Consumidor y en varias resoluciones del Tribunal, haciendo prevalecer al consumidor razonable por encima del consumidor promedio o regular.
El consumidor razonable, es un concepto importado -como muchas cosas aquí- para denominar a aquella persona que adquiere un bien(producto) o servicio con diligencia, es decir, una persona que es cuidadosa y conocedora de aquello que está por adquirir. Como teoría, creo que puede ser muy útil, pero para hacerla realidad se necesita más que una modificación mediante decreto legislativo -siendo más exactos el N° 1045.
Los especialistas observarán con atención, que en la primera modificatoria se utiliza la frase "diligencia ordinaria", pues esa diligencia ordinaria es propia del consumidor razonable, no hay otra interpretación, esa corriente se ha venido aplicando desde los años 90s y continuará.
Luego de observar la parte teórica o doctrinaria, debemos pasar a la práctica o a la realidad. En el mercado peruano observamos varias distorsiones, las cuales - no todas- pueden ser las siguientes:
1. Los productores no indican los defectos del producto.
2. Los productores no indican el límite de calidad del producto (El producto es perfecto!)
3. Los productores no indican las características del producto.
4. Los productores no indican las contraindicaciones del producto (Ejemplo: El delicioso chocolate Snickers, tiene efectos diarreicos cuando se consumen más de 3 seguidos)
Se debe indicar dos aspectos respecto al productor. Podemos observar al productor como productor propiamente dicho, pero también podemos entender que el productor es un intermediario (Ejemplo: Wong, Metro, Vivanda, Tottus, etc)
Entonces, colocando un poco los pies en nuestro país, entenderemos que es poco probable que nos encontremos muy seguido con consumidores razonables, por el simple hecho que ni aquellos que venden un producto saben cual o cuales son la(s) característica(s) y defecto(s) de un producto; y no me refiero a vendedores ambulantes, me refiero a vendedores que son constantemente capacitados por las empresas.
En el Perú, Indecopi viene realizando una buena labor. Considero que es insuficiente en Lima y que en provincias hay un abandono total, pero no puedo negar que hay una buena política en su desempeño, quizás los medios para llegar al público no han sido los adecuados.
Entonces, recapitulando, en un país con escasa educación sobre este tema, con poca información sobre las modificaciones legislativas, con poca información sobre el sistema financiero y bancario, con poca información sobre el uso adecuado de tarjetas de crédito, débito, cheques, cuentas de ahorro, títulos valores, etc, no podemos darnos el lujo de dar lugar a un tipo de consumidor que por las circunstancias sociales, políticas, económicas y sobre todo educativas por el momento no puede darse.
Si se copian cosas -como casi siempre sucede- se deben observar sus antecedentes y que hicieron esos países pioneros para incorporar ciertos mecanismos gradualmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario